martes, 22 de octubre de 2013

¿Qué es la Palabra "Rhema"?

El término “palabra” traduce con frecuencia en las Escrituras la voz hebrea “da·vár” y la griega “ló·gos”, que en la mayoría de los casos se refieren a una idea, dicho o declaración completos. Por ejemplo, la frase «Palabra (logos) de Dios» que aparece en el Nuevo Testamento, muchas veces se refiere a las Escrituras del Antiguo Testamento (Tanaj). Sin embargo, para referirse a una sola palabra, en griego se utiliza el término “rhe·ma”, el cual aparece más de 60 veces en el Nuevo Testamento.
Para apreciar con mayor claridad lo que comprende la palabra “rhema”, veamos algunos ejemplos de sus usos en las Escrituras:


· “… Las Escrituras dicen: ‘La gente no vive sólo de pan, sino de cada palabra (rhema) que sale de la boca de Dios’” (Mateo 4:4).
· “… El día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra (rhema) inútil que hayan dicho” (Mateo 12:36).

  “Pedro juró: — ¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco al hombre! Inmediatamente, el gallo cantó. De repente, las palabras (rhema) de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Y Pedro salió llorando amargamente” (Mateo 26:74-75).
  

“Jesús llevó a los doce discípulos aparte y dijo: «Escuchen, subimos a Jerusalén, donde todas las predicciones de los profetas acerca del Hijo del Hombre se harán realidad. Será entregado a los romanos, y se burlarán de él, lo tratarán de manera vergonzosa y lo escupirán. Lo azotarán con un látigo y lo matarán, pero, al tercer día, resucitará». Pero ellos no entendieron nada de esto. La importancia de sus palabras (rhema) estaba oculta de ellos, y no captaron lo que decía” (Lucas 18:31-34).

“Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras (rhema) de Dios…” (Juan 8:47).

 “… Las palabras (rhema) que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí” (Juan 14:10).
 

El “rhema” es una palabra específica inspirada por el Espíritu Santo como respuesta o guía para una situación concreta. Esta puede venir a nosotros en diferentes maneras; por ejemplo, al leer la Biblia, de pronto, el Espíritu Santo da nueva vida a un versículo o palabra con un poder sobrenatural en nuestro espíritu para que la tomemos para nuestra vida. Este “rhema” puede tener diversos objetivos, tales como: enseñarnos, dirigirnos, consolarnos, ubicarnos en una función o un ministerio específico, entre otros.
 Siendo que la palabra “rhema” es revelada por el Espíritu Santo a nuestras vidas, no debemos tomarla a la ligera, como por ejemplo, pensar en que es aquella palabra que simplemente “me llame más la atención”. La palabra “rhema” es mucho más que eso: “… Las palabras (rhema) que yo les he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63), por lo que no es nuestra imaginación o nuestro deseo humano el protagonista cuando recibimos una palabra “rhema”, sino Su Espíritu Santo, revelándonos el mensaje.
Una palabra “rhema” puede darle un giro de 180° a cualquier área de nuestra vida… He allí la importancia de escucharla atentamente y obedecerla con la actitud correcta, pues el Señor dijo:
 

“… Si ustedes permanecen en mí y mis palabras (rhema) permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!” (Juan 15:7).

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