Para apreciar con mayor claridad lo que comprende la palabra “rhema”, veamos algunos ejemplos de sus usos en las Escrituras:
· “… Las Escrituras dicen: ‘La gente no vive sólo de pan, sino de cada palabra (rhema) que sale de la boca de Dios’” (Mateo 4:4).
· “… El día del juicio, tendrán que dar cuenta de toda palabra (rhema) inútil que hayan dicho” (Mateo 12:36).
“Pedro juró: — ¡Que me caiga una maldición si les miento! ¡No conozco al hombre! Inmediatamente, el gallo cantó. De repente, las palabras (rhema) de Jesús pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Y Pedro salió llorando amargamente” (Mateo 26:74-75).
“Jesús llevó a los doce discípulos aparte y dijo: «Escuchen, subimos a Jerusalén, donde todas las predicciones de los profetas acerca del Hijo del Hombre se harán realidad. Será entregado a los romanos, y se burlarán de él, lo tratarán de manera vergonzosa y lo escupirán. Lo azotarán con un látigo y lo matarán, pero, al tercer día, resucitará». Pero ellos no entendieron nada de esto. La importancia de sus palabras (rhema) estaba oculta de ellos, y no captaron lo que decía” (Lucas 18:31-34).
“Los que pertenecen a Dios escuchan con gusto las palabras (rhema) de Dios…” (Juan 8:47).
“… Las palabras (rhema) que yo digo no son mías, sino que mi Padre, quien vive en mí, hace su obra por medio de mí” (Juan 14:10).
El “rhema” es una palabra específica inspirada por el Espíritu Santo como respuesta o guía para una situación concreta. Esta puede venir a nosotros en diferentes maneras; por ejemplo, al leer la Biblia, de pronto, el Espíritu Santo da nueva vida a un versículo o palabra con un poder sobrenatural en nuestro espíritu para que la tomemos para nuestra vida. Este “rhema” puede tener diversos objetivos, tales como: enseñarnos, dirigirnos, consolarnos, ubicarnos en una función o un ministerio específico, entre otros.
Siendo que la palabra “rhema” es revelada por el Espíritu Santo a nuestras vidas, no debemos tomarla a la ligera, como por ejemplo, pensar en que es aquella palabra que simplemente “me llame más la atención”. La palabra “rhema” es mucho más que eso: “… Las palabras (rhema) que yo les he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63), por lo que no es nuestra imaginación o nuestro deseo humano el protagonista cuando recibimos una palabra “rhema”, sino Su Espíritu Santo, revelándonos el mensaje.
Una palabra “rhema” puede darle un giro de 180° a cualquier área de nuestra vida… He allí la importancia de escucharla atentamente y obedecerla con la actitud correcta, pues el Señor dijo:
“… Si ustedes permanecen en mí y mis palabras (rhema) permanecen en ustedes, pueden pedir lo que quieran, ¡y les será concedido!” (Juan 15:7).
Me ayudo mucho grasias
ResponderBorrarMe ayudo mucho gracias
ResponderBorrarExelente. Enseñanza
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